miércoles, 5 de diciembre de 2018

Juan Tomás...Capítulo 6

¿Qué pasaría por la cabeza de Tomás?...¿Cómo lo asimilaba?...¿Entendería lo que estaba viviendo?...¿Qué le pasaba a su mamá que vivía siempre pendiente de él? Si hasta hace un tiempo lo cubría de abrazos , de mimos y momentos compartidos.

Después de un largo tiempo,  esperando por su llegada, con tantas complicaciones en el camino, los embarazos perdidos, estudios clínicos y específicos, al fin llegó Juan Tomás, el hijo tan ansiado y anhelado.
Las últimas vacaciones los encontraron muy unidos, caminaban juntos por la playa, Tomás jugaba a pelota en la tibia arena  mientras Francesca disfrutaba con su capelina del mar y el sol.Cada día era un programa distinto, a veces juntaban caracoles, otras corrían como niños hasta la rompiente del mar y luego almorzaban en un bar construido sobre el médano....Desde allí se veía toda la playa hacia un lado mientras los veleros se entregaban al viento y la marea azul.
Si divisaban algún avión intentaban adivinar cual sería su destino , con los hilos de la imaginación buscaban todos los puntos del planeta.
En los atardeceres se reunían con amigos , entre partidos de tenis,mate y licuado de frutas para los chicos.

Francesca sentía tibios estos recuerdos. Pensó que nunca -¡Gracias a Dios!- había tenido ideas suicidas ni siquiera de descontrol, sobre su persona. ¿Qué hubiera sido de ella si le hubiera pasado algo realmente más grave? ¿Qué  imagen hubiera anidado equivocadamente Tomás en su corazón?
Ni Marco, ni sus abuelos, nadie le había dicho sobre lo que sucedía....Francesca esbozó a Tomás acerca de un gran cansancio y que pronto estaría restablecida...En realidad no podía ni con su alma.

Tomás no había recibido explicaciones coherentes desde ningún lado, las apropiadas a su edad. Quizás por alguna ignorancia, por dejadez, por prejuicios, falta de sentido común, o una combinación de todas estas posibles razones.Seguramente Tomás hubiese entendido con la sabiduría , simpleza angelical que tiene los niños y a esa edad.
No era tan difícil sentarse a su lado después de tomar la leche, o antes de dormir, o mientras le acariciaba su cabello sedoso de reflejos pelirrojos....

-Mami está enferma, pero se va a poner bien pronto...

No era tan difícil tomarlo de la mano a la salida del colegio , llevarlo al parque, preguntarle cómo  le fue en su clase de alemán o de matemáticas, y proponerle...

-Vamos a llevarle un chocolate blanco a mami, de esos que le gustan tanto...

No era tan difícil pero nadie lo hizo.
Sin sueños, sin ideas claras, sin sonrisas, Francesca estaba en el ojos de la tormenta, sumergida en el caos de su enfermedad y en el abandono, pero Tomás ,su niño estaba con ella, incondicionalmente a pesar de todo.
Juán Tomás tenía su carácter, un temperamento innato muy fuerte pero a la vez demostrativo y cariñoso.Su padre, era de casa irlandesa y de el había recibido unos rulos cortos ,abundantes y de brillos rojizos.
De Francesca y de su casa italiana y del Piamonte, había recibido su esbelta figura masculina por lo que sus ojos, su piel blanca, sus labios bien rojos y su poca pequeña , eran un mapa de todo lo que le pasaba.
Su rostro decía...Francesca bien sabía que crecía feliz.



lunes, 29 de octubre de 2018

Pizzas...Capítulo 5

Era domingo... 
Nochecita cálida  de noviembre cuando los atardeceres se duermen más tarde y en color rosa.
En la heladera había unas dos pizzas envueltas en papel film,de esas que se venden en la panadería, finitas y de harina integral, sin preparación alguna. Tomás sintió hambre y comió unas porciones , así como las sacó del estante de la heladera...Ni siquiera le avisó a su mamá Francesca.
No tenía ni las rodajas del tomate fresco cortado en rebanas finas con el rocío del aceite de oliva y un toque de orégano, ni queso , ni morrones , ni aceitunas, ni una capa generosa de cebollas blanqueadas Unas prepizzas desnudas y simples.

Entrada la noche y al volver de una de sus tantas ausencias, Marco encontró otro motivo para escudarse.
-Tomás no es un animalito,..-¿Cómo es posible que no le pongas nada encima de la pizza Francesca?

Iba y venía exasperado por la casa  vociferando, mientras buscaba , alterado, un par de zapatillas.
-¿Y dónde está esto?...¿Y aquello?...¿Los cordones nuevos?

No era que estuviera preocupado por Tomás. Ni siquiera por las zapatillas de las tres tiras. Estaba escondiendo sus huidas , las huellas de su escape con las ramas secas de su agresión.

jueves, 25 de octubre de 2018

Mediecitas ...Capítulo 4

 Francesca estaba en plena crisis, como a punto de ahogarse en el medio del océano Atlántico como una endeble cáscara de nuez.No podía ni siquiera ir hasta el colegio Pestalozzi para retirar a su hijo. Marco trabajaba en su consultorio por la tarde ,así que no podía contar con él. Desesperadamente le pedía a la mamá de un compañerito de Tomás que lo alcanzara hasta el departamento frente al Rosedal.

Al verlo entrar por el visor sentía alivio de su llegada..Cuando no podía arreglar que nadie la reemplazara, el esfuerzo para llegar hasta el colegio alemán de Belgrano era inimaginable. Casi no podía moverse, todo le daba vueltas en la cabeza, se sentía mareada y sin embargo lo hacía , con un sufrimiento hasta estoico solo atenuado por el abrazo que le regalaba su hijo al verla llegar.

Algunas mamás habían dejado de saludarla, quizás porque se había vuelto reservada y su depresión se había hecho visible en su rostro y cuerpo.Su rostro angelical estaba muy demacrado , sus ojos  transparentes parecían dos lagos secos , y su piel blanquecina  tan pálida como un papel.

Vivía tironeada entre dos márgenes paralelos...Por un lado una depresión y estrés que la sumía en un abismo interior, la abatía y la invadía con un desánimo que nunca antes había sentido en toda su vida. Por otro lado la violencia que recibía. Se dice que no  solo es violento el que  ejerce la violencia sino también el que la permite . Francesca la permitía y se callaba.

Estaba  en inferioridad de condiciones, sin recursos económicos más que los adquiridos en común.Amenazada, débil,indefensa y sola en una Buenos Aires poblada de miles de personas. y con todo el confort disponible.

Aún así todos los días iba hasta la cajonera de Tomás para constatar si tenía las medias  de hilo y las remeras dobladas en su lugar. Se preocupaba que tuvieran listas para llevarlas al colegio....Francesca buscaba ese capullo de hilo blanco con perfume a lavanda .
Había puesto en las medias de Tomás su sentimiento de mamá amorosa .Cuando las encontraba las acariciaba un segundo, esperando que, en los pies de Tomás las medias blancas y o grises fueran  dos mimos cargados de besos.



 

Carcelero...Capítulo 3

-Marco...Marco...levantate...Llevá a Tomás al colegio ,después tiene tenis...
-No,levantate y llevalo vos...
-Por favor,son casi las siete...No puedo...Se hace tarde...
-Andá vos Francesca...

María Francesca estaba rendida,no tenía fuerzas para reincorporarse.Desde su dormitorio y a la hora señalada lo llamaba a Tomás. Nadie le preparaba el desayuno.
Protestando, mascullando maldiciones y muy ofuscado, Marco lo alcanzaba hasta la puerta del colegio alemán.Para Francesca era un tormento tener que implorarle en las mañanas que se ocupara del hijo de ambos.Ese combate matinal la entristecía más y más.

Marco la hacía responsable por no concentrarse en las tareas del colegio,... ¿cómo ocuparse de la comida, de Marco, de la ropa, ni  de aquello ni lo  otro?...No podía asumir sus roles, salvo respirar ,imposible hacer nada.

-Arreglate y salí...
-Vayan al cine con Tomás ...
-¡Pobre Tomi!
-Sos culpable...
-Llamá a tus amigas...
-El auto lo tenés abandonado...
-Sacá un pasaje y viajá...
-La valija de Pinamar sigue en el vestidor,con tu ropa intacta...
-Sos culpable...

Francesca estaba absorta, sorprendida y abrumada por las injustas recriminaciones.
¿Dónde estaban las responsabilidades de Marco como esposo y papá?...¿A dónde huyó "en la salud como en la enfermedad"?...¿No veía cómo estaba?...¿No había sido Francesca la que se había ocupado absoluta y particularmente con devoción de todos y de todo,hasta ahora?

Como si estuviera en una prisión de negros barrotes  de hierro y cerrojos la llamaba con el tono propio de dueño y carcelero. hasta su rostro había mudado sus facciones.Sus ojos verdes,antes cristalinos la miraban como si la odiara, su boca de labios gruesos había dejado de sonreír.

-No me siento bien Marco.Nunca estuve sin energías ,necesito descansar.Ya me voy a recuperar Marco.

Había sido juzgada sin posibilidad de justa defensa con el veredicto de "Culpable".




martes, 23 de octubre de 2018

La mesada...Capítulo 2



Iba del comedor a la cocina en busca de un alfajor de chocolate, esos tan deliciosos que le habían traído de Mar del Plata. Los dulces eran su mayor tentación.
Los ojos de Francesca bailaban con los brillos de la mesada.Estaba impecable aún bajo el desorden habitual de la nueva jornada. Otra de sus pasiones era la decoración. Cada vez que salía compraba algo ,desde un repasador , cuadros o adornos cuyos diseños la habían sorprendido.
Los imanes nuevos en la heladera, la cortina con volados, los frascos con tapas herméticas de colores vivos y apilados, con bizcochos de avena, yerba , azúcar, té verde, nueces, arroz integral.Todo estaba como le gustaba.Contrastaba con aquella mesada, la otra ,la de antes, siempre de mármol negro que tenía la difícil misión de sostener platos, fuentes , cubiertos y vasos pero sucios. Todo quedaba allí o sea los utensilios usados y desparramados por todo el negro marmóreo.
-Estoy harto Francesca...¡tener que lavar todo esto!.Hay que usar el lavaplatos automático.
Para Marco era una tarea humillante, como si fuera una tarea exclusiva sólo para ella. Esa tarde su marido tomó una de las cucharas de postre con su mano y la hizo bambolear delante de los ojos de Francesca.
-Mirá ¿ves?..Está sucia...¿entendés?
Con algún atisbo de voluntad Francesca, había intentado preparar una sopa de verduras con trocitos de calabaza y puerros. Marco tomó la olla de acero inoxidable, la puso boca abajo ,la zarandeó con violencia y dijo...
-Esta cacerola tiene fideos pegados ...
Los dedos de Marco, que en otros tiempos la habían acariciado con delicadeza, tomaron también su remera y la sacudió con una voz gutural...
-Tu camiseta tiene un mancha Francesca...
A esta altura no conservaba el blanco original, ni tampoco el olor a jazmín del lavado.
Ella estaba parada ahí, en el umbral de la cocina, escuchando  palabras de Marco que la golpeaban. Cada frase,cada palabra, la herían con los filos punzantes de cada letra.
No le respondía,callaba .
Sus pies estaban paralizados.
Estancada ,pegada al piso de porcelanato como si de repente hubiese echado raíces .
Sólo deseaba que se fuera...¡Por Dios que se vaya!-pensaba Francesca ansiando que la tortura terminara de una vez.La escena se repitió varias mañanas .
El mismo lugar, el mismo porcelanato , el mismo silencio y deseo.Casi un año matinal de tortura con nuevas heridas mientras Marco permaneció con María Francesca.
El era otro esposo y ella estaba enferma.
El era un padre desconocido y ella una mamá sin fuerza.
El un hombre violento y ella una mujer violentada.
El un demonio y ella un ángel caído.


lunes, 22 de octubre de 2018

Callada.Capítulo 1.


Su cuerpo hablaba .
Francesca estaba tan estresada. Su debilidad eran síntomas de una anatomía carente de energía, como un auto que se queda estancado porque se ha quedado sin una gota de combustible.¡Agotada!
Al estrés le sobrevino una depresión. Su ser hundido,con todos los estados de ánimo consecuentes., cualquier libro de psicología la describiría perfectamente como una profunda depresión .
Sin ánimo , motivación alguna, superlativamente cansada ,sin fuerzas, abandonada y, escuchando apenas se iniciaron los síntomas de su enfermedad.

-¡No hacés esto!
-Tampoco te levantás...
-No salís...
-¿No vas en bicicleta al Rosedal?
-¡Te gusta estar en la cama!
-Llevá a Tomás a la calesita...
-Salí ...
-Prendé la computadora...
-Contestá mensajes...
-Jugá al tenis...

Culpable.Así todo el tiempo.
Marco,su esposo ,se irritaba por lo que había a su alrededor .Todo era fastidio y enojo.
A partir de la caída de Francesca, fusilada en la cama , la despreciaba y se dirigía a ella con voces crueles y vulgares.

-No sabés ni donde estás parada.

Ella lo escuchaba y no lo podía creer.Un desconocido ,su voz era nueva ,temerosa y misteriosa. No parecía la voz amada con quien había elegido formar una familia .
Su voz la asustaba de pies a cabeza y callaba.
Distinta sonaba "esa voz" en el eco de otros momentos más felices.Los cumpleaños juntos,las charlas eternas mientras comían masitas dulces o los mensajes que se repetían durante todo el día.

Sus términos descalificantes e impropios la sumergían aún más ,su autoestima,su personalidad,la ternura de su corazón lastimado, con cada una de sus palabras , a esa altura, eran golpes .No se explicaba la razones de su trato, el motivo de su cambio tan contrastante.

¿Cuál era el origen de su despotismo?¿Había sido siempre así y lo ocultaba?¿Cómo no se había dado cuenta antes?¿Era tan ingenua?¿Qué había ocurrido? Los problemas comunes de la vida, el ir y venir en cuestiones domésticas o las dificultades profesionales,¿habrían escondido su verdadera personalidad? ¿Le habría molestado que se enfermara? ¿Qué no pudiera por primera vez ,ocuparse de nada ?

Marco era un profesional exitoso, muy seductor en su vida diaria y atento a las necesidades de la familia, a la de sus colegas y amigos.
Mientras tanto Francesca callaba,seguía muda con todas estas preguntas... habitándola. El silencio era inexpugnable y no podía reaccionar porque no sabía cómo hacerlo. Esperaba que la reacción viniera razonablemente de los que estaban a su lado.Todos podían observarla ,sin embargo no era ella ,la de siempre,pero parecía que nadie quería verla.Callaba.

Sola y triste , sin poder gritar su dolor. Primero se sentía muy mal, como cuando una persona se retuerce de un dolor de estómago y alguien encima lo trata mal. Aún recibiendo agresiones , en primer lugar sigue doliendo el estómago a más no poder. Dolía cada centímetro del alma, dolía el silencio y los minutos de cada silencio.
Marco sentía que, con su poder, todo podía ser controlado y lo manejaba a su antojo. Con un alto grado de hegemonía y dominación, los que estaba a su alrededor le daban impunidad y licencia....Vieran lo que vieran.

María Francesca Barletti no quería salir,ni levantarse de la cama.Quería vivir acurrucada en las sábanas, lejos de la televisión, del celular, sin querer regar las plantas del balcón, donde disfrutaba sentarse junto a los malvones rosas y blancos , y hasta una pequeña huerta preparada entre bastones de madera de tierra orgánica.

Ni leer, ni recibir visitas,nada de compras. No podía. Indefensa quería las sábanas. Allí se sentía a salvo y en silencio. No tenía que hablar ni dar explicaciones ni soportar los descréditos de Marco.

Callaba...